¿Cómo se presenta el típico niño con autismo?
La mayor parte de los niños con el PDD, simplemente se presentan con un retraso del lenguaje. Algunos nunca adquieren el lenguaje, pero algunos tendrán una regresión leve, perdiendo la capacidad de decir algunas de las palabras que ellos ya habían aprendido. Este puede ocurrir alrededor de 18 meses de edad. La mayor parte de padres no reportaran ningunas dificultades antes de este período, pero algunos pueden observar una «interacción diferente,» contacto visual o dificultad de socialización, carencia de placer al ser tocado, u otro comportamiento inusual, tan temprano como de 1 a 3 meses de edad, en situaciones extremas.
Típicamente, los niños con el PDD no serán diagnosticados al principio. Las estadísticas indican que sólo aproximadamente el 10 % de niños con desórdenes autistas son diagnosticado después de la queja inicial de los padres de que «algo esta mal» con su niño.
En el inicio de síntomas, cuando el niño tiene regresión, dificultades severas aparecen. Hay pérdida del contacto visual, el niño se desvía hacia su propio mundo, puede sentarse silenciosamente durante períodos prolongados de tiempo, y desarrolla una impregnación ignorando a otra gente. Este significa que él puede ser llamado varias veces, hasta en voz muy alta, e ignora el llamado como si el estuviera sordo, pero en cambio él oye hasta el sonido más leve de algo que le gusta, como la canción de un vídeo favorito, y él corre hacia este inmediatamente. Algunos niños desarrollan manoteos, caminan en punta de pie, y tienen berrinches de carácter severo, sobre todo cuando se les cambia de una actividad favorita a alguna otra actividad. Arreglan juguetes en filas, haciéndose girar ellos o a lo objetos, o mostrando fascinación por los objetos que giran, que están en línea recta, o colas; son comportamientos comunes.
El retraso del lenguaje o la carencia de lenguaje pueden ser esperadas. El lenguaje puede ser sustituido por algunos inusuales chillidos infantiles, o gritos repetitivos; algarabía no entendible es común. Una vez que el lenguaje se haya desarrollado, la repetición de palabras oídas es común. ¿Por ejemplo, en vez de contestar la pregunta «Cómo se llama usted?» el niño repetirá la pregunta y dirá, «Cómo se llama usted?» Otro uso inusual del lenguaje puede estar presente incluyendo repetición en una cierta oración o publicidad de televisión que es reiterativamente dicha sin tener ningún objetivo comunicativo. Algunos niños se interesan en números o cartas y otros pueden leer fluentemente sin ser capaces de hablar comunicativamente. Una capacidad de sabiduría o la habilidad restringida, superior a su grupo de edad, como en matemáticas, lectura, o habilidades de dibujo en el niño, pueden desarrollarse.
Muchos de los niños que tienen PDD pueden ser también hiperactivos. Unos son muy difíciles debido a su hiperactividad y rabietas y otros son «muy fáciles» porque ellos se sientan durante horas sin requerir la atención especial o el estímulo de quienes los atienden.
Algunos niños en PDD NOS pueden ser tan hiperactivos, que su hiperactividad confunde el cuadro clínico por lo que se les diagnostica erróneamente como AD/HD, prestando más atención a las dificultades significativas relacionadas con los aspectos de la condición del PDD. En esta situación donde hay una coexistencia de PDD y síntomas AD/HD, el diagnóstico de PDD prevalece. Por definición (ver los criterios DSM IV de AD/HD), la existencia de PDD excluye el diagnóstico de AD/HD. Este no debe indicar que los niños con PDD no responderón a los mismos medicamentos usados en AD/HD para manejar su hiperactividad.
En un inicio, la mayor parte de padres niegan el problema y una vez que se les dice que el lenguaje se desarrollaró más tarde «y que algunos niños son tardíos,» las preocupaciones iniciales se disimulan. Un problema típico que se desarrolla en este punto es que los padres pasan por alto los berrinches. Esto por su parte desarrolla una situación «patológica», donde en vez de que los padres les enseñen a sus niños conductas aceptadas socialmente normales, la familia entera «aprende» el comportamiento anormal de sus niños afectados. Esto hace que el niño pierda la oportunidad de ser apropiadamente dirigido hacia el comportamiento socialmente aceptado desde temprana edad, como debería ser.
Por regla general, los padres que cambian su comportamiento normal con el fin de acomodar las conductas anormales de sus hijos, ellos les hacen un severo daño a sus niños y a ellos mismos. El acercamiento correcto a ello debe ser una disciplina firme y estricta para corregir el comportamiento anormal autista de su niño (ver las modificaciones del comportamiento). Los errores típicos en cuanto a esto, incluyen dejar que el niño este corriendo con la comida, porque ellos rechazan sentarse en la mesa; permitiendo a sus niños lleven una variedad exagerada de objetos o juguetes a todas partes con ellos, con el fin de tranquilizarlos, como por ejemplo dejando salir a sus niños con sus biberones o chupetes, o permitiendo que rehásen de comer ciertas comidas, con el fin de guardar la paz y prevenir rabietas.
A lo largo, sin embargo, los berrinches son inevitables porque hay un punto donde los padres no pueden mantenerse al corriente de las exigencias irrazonables de sus niños, y si la respuesta de los padres a la petición irrazonable no es bastante rápida o no bastante completa, la rabieta ocurrirá. El mejor modo de parar las rabietas desde sus inicios es ayudar al niño a adaptarse a las exigencias de sociedad. A la larga o a la corta, será más fácil cambiar el comportamiento del niño, que en cambio «cambiar al mundo» y a la sociedad, para adaptarse a las exigencias anormales del niño.
La presentación de los niños con desórdenes penetrantes del desarrollo, como descrito encima, puede ser variable e incluir tipos diferentes de inusual comportamiento como se lista en el cuestionario y escala de evaluación del PDD. Más comúnmente, el diagnóstico será PDD NOS o una forma leve de autismo. Los niños que son más severos pueden presentarse con el autismo de la infancia como descrito encima y por los criterios DSM IV.
El síndrome de Asperger se presentará con mejores habilidades en el lenguaje y la presencia de un interés restringido «y capacidad de sabio,» donde el niño tiene habilidades de genio en un campo restringido pero a pesar de todo es afectado en el aspecto social y parece raro «o socialmente inepto. » A la par de crecer, estos niños tienen frecuentes dificultades sociales, sobre todo relacionadas con la inhabilidad de entender claramente como otra gente percibe su comportamiento, expresión del rostro, del tono de voz, y la comunicación en general. Ellos también tienen dificultades al expresar sus propias emociones de un modo correcto. Esto hace que ellos sean considerados «extraños» y les puede causar inhabilidad de beneficiarse de su talento debido a esta discapacidad social.